Cuando te sabes agua en el océano, ya no puedes separarte de él.
Descubrir el Amor que Somos es esa Unidad.
Aunque tomemos agua del océano en una botella y nos la llevemos a casa, seguirá siendo lo mismo: agua oceánica. Mantendrá sus propiedades, su Esencia.
Lo mismo ocurre con lo que Somos: aunque una parte de Nuestro Ser encarne en un cuerpo humano y viva una vida velada de su existencia completa, seguimos Siendo parte y resultado de esa Totalidad.
Somos Esencia Divina.
Somos frecuencia de Amor.
Somos códigos de Luz vibrante.
Y quien desde lo humano (botella) aún no pueda reconocerse en la Inmensidad (océano), seguro que lo hará al abandonar ese cuerpo; retirando el velo de su Conciencia y volviendo a Integrarse siendo Parte y Todo a la vez.
Se puede vivir esta experiencia encarnado, algunos ya lo hemos hecho y la revivimos a Voluntad.
Por lo cual, si una parte ya la hemos conocido, esta Experiencia está al alcance de todos.
Deseándoos a todos que esta Unidad se Manifieste en vuestros días y inunde vuestro Corazón del Amor que Somos.
Agradecida a todas las Almas que día a día buscan y se dedican a Vivir más Alineadas, Sanar sus Heridas para Salir del Dolor y entrar en el Amor; pues como me decía un ser querido desde el pan sin cuerpo:
“El dolor sólo se supera con amor.”
Gracias, Javier.
Gracias por abrir vuestro corazón y avanzar hacia vuestra Verdad.
Ester